Saldos pedagógicos del paro de maestros


Experiencias como el paro nacional del magisterio colombiano nos llevan a plantear no sólo aprendizajes en el campo político, sino también los grandes aprendizajes en el campo pedagógico. Lo pedagógico para este ejercicio permitió una conexión profunda entre todxs aquellxs que consideramos la educación como parte esencial de lo humano y de un proyecto de país, y el puente entre los discursos, el pliego de peticiones, el movimiento sindical, las expectativas sociales y el compromiso personal, colectivo y nacional que nos llevaron a mantenernos activamente participantes durante el tiempo que fuera necesario.

 

Por ello, escribir estas líneas me ha implicado un tiempo para repensar lo vivido y lo reflexionado mientras caminaba, en clave de lo que podemos llamar “saldos pedagógicos”:

El primer saldo pedagógico es la vinculariedad con los otrxs desde lo cotidiano, el gozo y la creatividad. La vinculariedad en medio de la diversidad que se convirtió en una fuerza activa y movilizante, pues, cada vez éramos “uno más” y a  la vez éramos “todxs”; cuando marchábamos por las calles de la 26, la Décima, la 68 y las autopistas sabíamos que lo personal se vinculaba fuertemente a otras regiones de nuestro país. Esta vinculariedad nos llevó a sentirnos chocuanos, boyacenes, santaderanos, llaneros, costeños, amazónicos, paisas, caucanos, indígenas, negros, raizales… en fin país.

El segundo saldo pedagógico es la creatividad conectada a la criticidad, pues, nos hallamos a un sin número de manifestaciones estéticas que pasaron por performance, por la multiplicidad de símbolos que representaron la dignidad de la educación, por la transformación de las calles en aulas urbanas, por noches iluminadas de esperanza, por marchas entretejidas de una gran diversidad cultural, por tamboras animando el espíritu de la caminada, por una bella jornada de lectura al aire libre en donde lxs maestrxs manifestamos que “no agachamos la cabeza sino sólo para leer”… para leer la vida, los procesos, las realidades de nuestro país, las identidades, las prácticas pedagógicas, las emergencias y los desafíos de estos tiempos.

El tercer saldo pedagógico es la significación del rol de lxs maestrxs, pues también “se enseña en la lucha”… una lucha por la dignidad de la educación. Una lucha que permitió movilizar no sólo una dinámica social sino movilizar los pensamientos y sentires en relación con la función social de nuestra profesión. Dicha significación elevó la consciencia colectiva  de lo que ha representado social e históricamente la lucha por la dignidad de la educación en Colombia. Tan pronto se decidió no volver a las escuelas y cruzar sus fronteras, en las calles emergieron saberes sociales, culturales e históricos que fueron gozados, conversados, narrados, admirados y cuestionados a través del whatsapp, en las intensas caminadas, en los plantones, en los diálogos intergeneracionales, en los encuentros respetuosos entre lxs maestrxs del 2277 y del  1278 como un solo sujeto social.

Un cuarto saldo pedagógico son los aprendizajes colectivos, en donde la riqueza está en la diversidad y en las conexiones vitales que logran transformar los esquemas mentales, las representaciones sociales y la consciencia colectiva de la educación como poder dignificante.

 

Seguramente, son muchos más los saldos pedagógicos pero tan sólo quiero empezar a trenzar este tejido de pensamientos para que otros y otras, continúen este entramado. Por ahora, he decidido volver a las aulas, a la escuela y a la cotidianidad, recargada de mucho sentido y de muchos aprendizajes.

Sandra Janeth Rojas Panqueva

Maestra de la Secretaría de Educación de Bogotá

Localidad Bosa, IED Bosanova Sede B JM

 

Aquí puedes ver los dos videos de análisis político y epistemológico del paro de maestros del 2017.

 


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *