“El diablo entra por el bolsillo”


Cuarta crónica de la visita papal

 

Un aeropuerto lleno de flores de “eterna primavera”, un hogar para niñas rescatadas, una antigua plaza de toros abierta a religiosas y religiosos fueron los escenarios preparados en Medellín para recibir al Papa Francisco.

En el aeropuerto el Papa pidió disculpas por llegar un poco tarde y agradeció al pueblo su paciencia, perseverancia y coraje.

Después de la lectura del evangelio de Lucas 6,1-5 sobre las espigas arrancadas el día sábado habló sobe las prioridades del discipulado de Jesús que lo hace diferente al discipulado de los fariseos y doctores de la ley: ir a lo esencial, renovarse e involucrarse.

Ir a lo esencial: “ir a lo profundo, a lo que cuenta y tiene valor para la vida. Jesús enseña que la relación con Dios no puede ser un apego frío a normas y leyes, ni tampoco un cumplimiento de ciertos actos externos que no llevan a un cambio real de vida”

Renovarse: dejarse zarandear por Dios para dejar comodidades y apegos entorpecedores, no tener miedo (una vez más!) a la renovación permanente, a la escucha del clamor del hambre y sed de justicia, a asumir el estilo de vida de Jesús que exige amor, reconciliación y paz.

Involucrarse: es crecer en arrojo y coraje evangélico, recordó que la iglesia no es una aduana, que urge abrir ampliamente las puertas para que quepan todas y todos, buenos y malos, todos!!! Pues así debe ser en una iglesia de Dios. Pidió a la iglesia en Colombia a “empeñarse con mayor audacia en la formación de discípulos misioneros, así como lo señalamos los obispos reunidos en Aparecida en el año 2007. Discípulos que sepan ver, juzgar y actuar, como lo proponía aquel documento latinoamericano que nació en estas tierras (cf. Medellín, 1968). Discípulos misioneros que saben ver, sin miopías heredadas; que examinan la realidad desde los ojos y el corazón de Jesús, y desde ahí la juzgan. Y que arriesgan, actúan, se comprometen”

Terminada la misa en el aeropuerto visitó el Hogar San José, donde las niñas lo recibieron con cantos y flores, allí afirmó que el sufrimiento de los niños y las niñas hacen mal al alma y recordó que Dios no abandona sino que sana las heridas más profundas.

El tercer escenario en Medellín fue el encuentro del Papa Francisco  con religiosas, religiosos y seminaristas en la plaza de la Macarena. La tarima preparada contaba con el acompañamiento de reliquias de Santa Madre Montoya como testimonio de mujer y maestra valiente, misionera decidida en el servicio, cuidando y defendiendo a las comunidades indígenas.

Después de escuchar testimonios diversos de vida religiosa se leyó el evangelio de Juan 15,1-15 sobre la vid y los sarmientos. En la homilía el Papa se refirió al talante inquieto de los jóvenes dañado por los sicarios de la droga, truncando sus vidas, produciendo luctuosos cortejos de muertes de jóvenes. Clamó por ponerle fin a esta derrota de humanidad joven. Resaltó como frente a la “crisis de compromiso” son muchos los jóvenes solidarios en los voluntariados. Pidió encauzar la inquietud juvenil a fin de llegar a ser “callejeros de la fe”. Acuñó una expresión nueva: “callajear sirviendo” como una manera juvenil de asumir y vivir la fe cristiana.

Preguntó por la tierra donde crece la vid en Colombia, contexto donde nacen las vocaciones cristianas al servicio. Afirmó que es en medio de las crisis que Dios sigue llamando, pues son en las realidades de sufrimiento y de violencia donde Dios manifiesta preferentemente su querer y su actuar liberador. Afirmó que el núcleo de lo humano está en la vulnerabilidad y que Dios quiso hacerse vulnerable y salir a callajear como humano en medio de las contradicciones. Advirtió sobre las vocaciones muertas apegadas a los honores, los ascensos, los intereses materiales, el afán de lucro, pues “el diablo entra por el bolsillo”, la corrupción que poco a poco se enraíza en los corazones desalojando a Dios de la vida! No se puede servir a Dios y al dinero! Si el dinero como “señor” te agarra, no te deja!!! Son signos de sequedad y muerte junto con la mentira, el ocultamiento, los abusos a los más frágiles como son los ancianos y la niñez. Expresó su anhelo que Dios, como viñador solícito, limpie la vid de estas imperfecciones, aunque duela, pero libera. La poda de Jesús invita a permanecer en él, manteniendo una relación vital, viviendo y creciendo en unión fecunda. Propuso tres maneras de hacer efectivo este permanecer en Jesús:

  1. Tocando la humanidad de Jesús no como juez, como buen samaritano con amor, ternura, firmeza, alegría y generosidad.

 

  1. Contemplando su divinidad mediante la lectura y el estudio orante de la Biblia y en especialmente el Evangelio y preguntándose ¿qué quiere decir Dios para nosotros y para nuestro pueblo? Interpretando la realidad con los ojos de Dios, haciendo de la oración fuente principal que libera del lastre de la mundanidad para crecer en libertad, adorar en silencio, reconciliados para reconciliar!

 

  1. Servir con alegría como verdaderos dispensadores de la gracia de Dios transparentando la alegría del encuentro con el Evangelio de Jesús.

 

Terminado el encuentro y agradeciendo la acogida y el calor del pueblo antioqueño, partió hacia Bogotá para su merecido descanso nocturno.

 

Fernando Torres Millán

9-09-17

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