El padre Camilo


EL PADRE CAMILO

 

Fernando Torres Millán

(Colombia)

 

 

“Ahí  viene cantando

el Padre Camilo

la misa del pueblo

y del Frente Unido”[1]

 

 

  1. “… viene cantando”

El orden burgués conservador dominante desde finales del siglo XIX en Colombia entra en crisis. Las huelgas obreras, la masacre de las bananeras y la defensa de los líderes sindicales por parte de Jorge Eliécer Gaitán anuncian su caída y el advenimiento de un nuevo tiempo. La modernidad social-burguesa se instaura en Colombia a partir de 1930 con el inicio del régimen liberal. Camilo Torres acaba de nacer junto con una generación comprometida con este espíritu reformador de la “Revolución en marcha”. El ambiente educativo de familia burguesa librepensadora forjará su carácter rebelde, jovial, sensible y emprendedor. Espíritu que lo llevará a desarrollar la crítica de sus profesores, algunos de ellos fascistas, a través del periódico estudiantil “El Puma”, del cual fue su editor. También lo llevará a incursionar las montañas, los llanos, los nevados, los ríos y los mares del país junto con sus gentes y sus penurias. Tal conocimiento, visión y cercanía serán cruciales en las decisiones que forjará su futuro revolucionario.

Ingresa a la Universidad Nacional, donde en su época se formaba la élite del país y con la que se hallaba profundamente vinculado. Calixto, su padre, había sido su primer profesor de pediatría y rector encargado. Gerda, su hermana, la primera mujer colombiana en ingresar a una universidad, estudió allí medicina. Junto con Gabriel García Márquez, condiscípulo y amigo, descubren que Derecho no es lo que quieren. Uno toma el camino del periodismo y la literatura y el otro, el del sacerdocio. Aunque toman caminos distintos, los unirán un profundo sentido de amistad y camaradería.

Junto con su novia, Teresa Montalvo, busca sentido de vida y de felicidad. Frecuentan conferencias, conversaciones y retiros con los frailes dominicos franceses, exponentes de la más avanzada teología católica de la época. Alumbra en sus corazones el cristianismo del amor al prójimo. Les abraza un fuego divino de entrega total de sus vidas en pos de esta nueva fe, desconocida hasta entonces para ellos. Camilo decide hacerse sacerdote y Teresa, religiosa.

Un año atrás -1946 – habían regresado los conservadores al poder después de 16 años de gobiernos liberales. Se acrecienta la persecución y el enfrentamiento mutuo a tal punto que poblaciones enteras se masacran entre sí. En defensa del pueblo, Gaitán convoca la Marcha del Silencio. La violencia se generaliza. La Iglesia Católica se parcializa e incentiva la confrontación. Gaitán es asesinado y el pueblo se levanta contra el régimen. Colombia nunca olvidará aquel nefasto 9 de abril de 1948. Una revolución inconclusa  quedará marcada como una profunda herida en la memoria generación tras generación.

En medio de la conflagración, emerge cantando y soñando un espíritu de apasionada libertad que no cabe en su joven y rebelde cuerpo!

 

  1. “…el Padre Camilo”

El Seminario forjará en Camilo intensa espiritualidad bíblica, disciplina de estudio y radical coherencia con los principios de la fe. El clamor de la viuda pobre que visitaba, el dolor de los soldados campesinos que catequizaba y el impacto de los niños lustrabotas a quienes ayudaba en vacaciones, lo llevó a crear clandestinamente un Círculo de Estudios Sociales en el Seminario.

Es ordenado sacerdote en 1954 por el Arzobispo de Bogotá Cardenal Crisanto Luque. Desde entonces amará su sacerdocio hasta su muerte. Será un sacerdocio de tiempo completo para el amor eficaz. Así lo percibió el pueblo, será “su” Padre Camilo, pues a su liberación dedicó toda su vida.

Para los estudiantes de Lovaina será amigo, consejero y confesor. Para los mineros de Lieja y los obreros de Bruselas será el joven y solidario párroco de fines de semana. Para los estudiantes colombianos en Europa, el animador de la unidad, del servicio desinteresado al país y de la sólida formación intelectual. Para la comunidad ecuménica internacional de la Maison St.Jean, el buscador de lo que une lo diverso invitando “a la acción en lo que hubiera de común”. Para los militantes de la Juventud Obrera Católica, el aprendiz de su método ver-juzgar-actuar. Para los curas obreros franceses, el colega aliado y simpatizante. Para los jóvenes pro-liberación argelina, el comprometido militante en la lucha anti-colonial.

Su tesis sobre la pobreza en Bogotá, pionera en sociología urbana latinoamericana, hará visible las infrahumanas condiciones de la mayoría de habitantes de la ciudad. Tal realidad no dejará en paz a Camilo durante el resto de su vida.

12 años después volverá a la Universidad Nacional como profesor de sociología y capellán auxiliar. Coincide su regreso con el triunfo de la Revolución Cubana, con la convocatoria del Concilio Vaticano II por parte del recién elegido Papa Juan XXIII, con los primeros pasos de la Facultad de Sociología y con la aprobación de la Ley de Reforma Agraria del primer gobierno del Frente Nacional. El ambiente epocal propició la ruptura política y espiritual del amor eficaz. Un movimiento estudiantil en ascenso, una irrupción de las mujeres en la vida pública, una osada investigación sobre la violencia en Colombia, una original articulación de las ciencias sociales con la acción política, un movimiento de acción comunal y cultural incipiente, una desafiante resistencia campesina e indígena serán los nuevos lugares en los que Camilo atisbó la creación de una sociedad otra orientada bajo el principio del amor eficaz.

Con una multitud de inconformes caminando a su lado, el Padre Camilo avanza…una revolución popular anti-élite está en marcha…

 

  1. “…la misa del pueblo y del Frente Unido”

La defensa de los estudiantes comunistas injustamente expulsados de la Universidad Nacional, la controversia con jerarcas de la iglesia por el anticomunismo que enseñaban en el semanario “El Campesino”, el escándalo por haber afirmado que los estudiantes asesinados podrían haberse salvado aunque no hubieran sido católicos, la orden de su Obispo para retirarse de la Universidad Nacional, la infructuosa defensa de un colegio parroquial para niñas pobres, la negativa del Cardenal Concha para trasladarse junto con otros dos sacerdotes a dialogar con los campesinos comunistas de Marquetalia… fueron hechos que le mostraron que la hora de buscar otro camino había llegado.

Se trata de la  “búsqueda de consenso respecto a un mínimo de puntos comunes de acción para cambiar las estructuras socioeconómicas del país”. Nace la Plataforma del Frente Unido como instrumento político pluralista de unión de la clase popular. Comenzando por la Reforma Agraria, continuando con la Reforma Urbana y terminando con el décimo punto dedicado a los Derechos de la Mujer, la Plataforma recoge los “puntos comunes” de confluencia de una inmensa diversidad de organizaciones sociales y políticas de oposición. La Plataforma corre rápidamente de mano en mano, de boca en boca, de pueblo en pueblo. Es breve, sencilla y concreta. Suscita emoción y mueve a la acción. Una ilusión de cambio estructural recorre el país convocando pueblo para la revolución que viene.

En tres meses el Padre Camilo promueve el Frente Unido en donde quiera que se le invita: universidades, sindicatos, plazas, teatros, clubes, hoteles, colegios, emisoras, patios de casas, parques, calles, campos de fútbol… Desde los tiempos de Gaitán no se veía tanta movilización popular desafiando el orden establecido. Vino el semanario “Frente Unido” y los “Mensajes”, vinieron los “Comandos” de estudio y acción, vino la campaña por la abstención electoral, vino la opción por la vía armada, vino la represión y la desbandada… La misa del Frente Unido llegaba a su fin.

Creyendo llegada la hora del levantamiento popular, marcha a la montaña. Preveía una lucha  breve y una marcha rápida sobre las ciudades para la toma del poder. Y allí murió desarmado. Su paso por la guerrilla fue tan fugaz “como la carrerita del venado en la montaña”, a decir de Gabino, comandante del ELN. Donde murió, dice Daniel Viglietti en su canto, “nació una cruz, no de madera, sino de luz”. Orlando Fals Borda, su colega y amigo, lo considera fundador del socialismo raizal y primer impulsor en el empeño por hacerlo realidad.

Una generación activa de sentipensantes, como las icoteas caribeñas, espera las próximas lluvias reparadoras, para emerger de lo profundo de la tierra con nuevas energías creadoras en pos de un sueño de justicia y paz, el amor eficaz.

 

Bogotá, 7 de febrero de 2016

A cincuenta años….

[1] Fragmento de una canción de la obra de teatro “Camilo” del grupo de teatro La Candelaria (Bogotá) dirigida por Patricia Ariza

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