Buscando formas como dialogar – Martin Buber


Es muy interesante observar y vivir las formas de comunicación interpersonal en el mundo. Me parece que aquí en Colombia generalmente toda la gente quiere ser amable con su próximo. Aunque me ocurrieron situaciones de relacionamiento opresivas en la vida cotidiana. Recordándome unos momentos fue duro el comportamiento entrando o saliendo de un Transmilenio o también la actitud de unos conductores manejando. En estos momentos, la comunicación se parece más a una lucha, en la cual el más fuerte o descarado gana.

Unas razones seguramente incluyen aspectos de la historia de violencia en el país con el conflicto armado. Pero al fin, este tipo de comunicación violenta pasa en varias partes del mundo ya que creo que es más el síntoma de una gran competencia con la cual nos forman desde la infancia. Esto a su vez tiene raíz en las circunstancias globales que quiero nombrar como las del sistema capitalista. Pero por ahora quisiera poner la atención sobre otro punto.

Me gustaría reflexionar sobre ideas alternativas que, en la práctica, nos pueden ayudar a encontrarnos como humanos. Me imagino que no soy el único que busca una intensidad y verdad en las conversaciones, en la forma de “encontrarse” al próximo. Aparte de los principios dialógicos de Paolo Freire, me han inspirado mucho la obra de Martin Buber (1875 – 1965). Fue un filósofo de religiones que, por su pensamiento crítico, veo como un anarquista. En su obra importante y exitosa obra Ich und Du (Yo y Tú), escrito en el 1923, nos habla de formas del dialogo.

El principio dialógico se entiende como la conciencia individual en el encuentro con los demás y el mundo material. Después de Buber, esto pasa en la relación “Yo-Tú”, es decir en el contacto, en la unidad entre la persona y el ambiente. Buber identifica tres tipos de relaciones: con el mundo, con los seres humanos y con Dios. Y solamente es a través de las relaciones directas y auténticas con la otra persona que el mismo Yo encuentra crecimiento personal y desarrollo. Aquí sale de pronto la pregunta ¿cómo realizo entonces una relación autentica y directa? Creo hay que dejar de pensar en algo fijo, algo funcional. Sería más útil liberarse del sentido de una relación planificada y perfecta. Dejamos de imponer una función encima de la relación, ni es necesario de pensar en un resultado de una cita antes que voy a encontrar la pareja. La relación debe que ser libre. Pienso como única actitud uno debe que intentar de ser abierto para lo que viene durante el encuentro.

El filósofo analiza que más de la forma del “Yo-Tú” debe que existir otra: el “Yo-Ello”. Sería una relación más de reflexión, con una distancia cognitiva, para encontrar su mismo en un momento propio. Pero en la vida real, desde mi perspectiva, es posible que crece el Yo a veces tanto y se pone encima de lo más personas. Se puede identificar además una forma de distancia en la relación por el miedo de perderse o perder algo. Así buscamos una seguridad en la relación con la persona que está enfrente de mí. El miedo nos pregunta ¿qué piensa o qué quiere esta persona de mí? También nos preocupan preguntas como si estoy interesante para ella/el, suficiente inteligente o bonita/o. Todos pensamientos son ejemplos de relacionarse con un objetivo, una persona que nos compensa que construimos antes en nuestra cabeza. Lamentablemente da igual quien está enfrente de mí, que emociones e ideas tiene, importante es que me sirve. Me ayuda preguntarme a veces para no caer en el hueco y cuidar mis relaciones: ¿utilizo mis relaciones con un interés propio, con un objetivo o un propósito? Funcionar de este modo no es muy raro. Sería una reacción práctica para sobrevivir en un entorno de competencia. La mayoría de nosotros creció en este sistema donde nos enseñan a pensar en términos de resultados, éxitos y ganancias personales, lo que es para mí una alienación de lo humano.

Poner atención al tu nos lleva así a nuevos horizontes. Sin embargo, el “Yo-Tú” es la única forma de vivir una verdadera relación, un proceso con momentos transcendentes de conexión que identifica como momentos espirituales. Buber expresó en sus obras que la presencia de Dios puede encontrarse en la existencia diaria, en los momentos de dialogo. Y también yo sentí estos momentos entrando en relaciones, sin tener exceptivas, nos salieron ideas, emociones e inspiración que nunca nos imaginamos antes. Para mí son estos momentos espirituales, que no pueden ser planificados.

La relación “Yo-Tú” confirma que la otra persona tiene un valor único. También y solamente así puedo reconocerme a mí mismo, y posiblemente nos espera allá más la felicidad propia, porque “en el Tú encuentro el Yo”.

“El espíritu no está en el Yo, sino entre Yo-y-Tu.

No es como sangre que circula en ti,

sino como el aire que respiras.

El hombre vive en el espíritu

cuando sabe responder a su Tu.”

Martin Buber, Yo y Tu, Ed. Nueva Visión, Buenos Aires, 1979, página 37

Después de tocar con mis ojos una obra de Buber me gustaría entrar más en un intercambio sobre el dialogo con ustedes para aprender de sus perspectivas. Creo que es necesario reflexionar sobre nuestra actitud frente al dialogo y nuestra manera de crear y vivirlo.

¡Llevemos nuestras ideas por este medio boletín desde nuestra realidad y compartamos! Les agradezco de antemano sus respuestas y reflexiones.

Jan Barrientos


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