Santificado estás tú en el arado y el surco que nos dan sus bendiciones,
Santificado estás siempre en los hombres y mujeres que se entregan por los pobres.
Las Hermanitas de la Asunción o Hermanitas Asuncionistas, Hijas de la inspiración espiritual y el compromiso cristiano de Etienne Pernet y Antoinette Fague están de fiesta, de plácemes, de “parranda santa” con ocasión de los 150 años de su fundación, allá en el París de la etapa del nacimiento de la sociedad industrial, con todas sus injusticias y contradicciones. Y con ellas también lo estamos todas las comunidades barriales, organizaciones sociales, comunidades religiosas, amigas/os y hermanas/os que hemos venido siendo testigos, acompañando y compartiendo su caminar y su servicio a los más pobres y a los enfermos, tanto en Colombia como en muchos otros países de América Latina.
Son 150 años de búsqueda, de encuentro, de camino, de formación, de trabajo, de servicio constante al estilo del Jesús pobre y humilde. Como ellas lo dicen “lo que define nuestra espiritualidad es el deseo de develar, descubrir, hacer salir, desentrañar, poner de manifiesto el precioso misterio de la vida cotidiana convencidas de que en los gestos sencillos de servicio vividos a diario se expresa el amor, la ternura indecible de Dios por los pequeños. Ternura y pequeñez, amor que siempre salva y que siempre se expresa sirviendo, dándose,…cobijado en lo pequeño, en aquéllos y aquéllas que son los más pequeños”*
Como educadores, animadores y sobre todo como artistas populares, para nosotros sus amigos del grupo de la Red Teoartística de Kairós Educativo, fue una alegría grande y una ocasión especial de renovación y actualización de nuestro compromiso el poder acompañar con nuestros cantos tan bella y sentida celebración el pasado 1 de Agosto en el Centro Camiliano de Bogotá. Al son de la “minga de la esperanza”: “Ya germina la semilla en el gesto, en la palabra, en la minga de los sueños de utopías y añoranzas…”; del Padrenuestro colombiano: “Venga a nosotros tu Reino en los dones compartidos, venga a nosotros tu Reino en los sueños florecidos…”; de su oración favorita “Dios mío haz la unidad de las mentes en la verdad y la unión de los corazones en la caridad”…; y de la música folclórica andina y latinoamericana, vivimos un día de celebración, de compartir fraternal, de abrazos rompehuesos de merecida felicitación por el testimonio vivo, constante, incansable, por ese “sacerdocio femenino y popular” que constituye cada una de nuestras queridas hermanitas: Magdalena, Nohora Miriam, Hilda, Blanca Marina, Miriam, Helena y tantas otras queridas amigas que allá en AVESOL, en Usme, en Villatina, en Cesoles,… y en tantos otros lugares siempre se caracterizan por su sencillez, su afecto, su ternura, su servicialidad, su entrega total. ¡Felicitaciones nuevamente, Hermanitas Asuncionistas!
Alfonso Franco
Fernando Torres Millán
*”Procurar la gloria de Dios por la salvación de los pobres y los pequeños”. Hermanitas de La Asunción, 150 años. Editions du Signe, 2014.