Abril a Julio de 2017
Las dinámicas del conflicto armado han afectado gran parte del país por las lógicas de la violencia en todos los espacios y ámbitos: públicos, privados y personales. Las acciones violentas impuestas por la guerra fracturan el tejido social y conducen a la pérdida de las formas tradicionales de resolver los conflictos al interior de las comunidades a través del dialogo o la concertación, generando hostilidad, desconfianza y miedo. La violencia fractura las identidades individuales y colectivas, generando una serie de impactos y afectaciones en las comunidades, que es necesario reconocer, visibilizar y reconstruir. Una estrategia para esta labor resulta ser el arte, un bálsamo importante para lograr la cohesión social, apoyar procesos de reconstrucción y aumentar la capacidad de resiliencia individual, familiar y comunitaria.
El Colectivo Cultural Wipala, teniendo como lugar de trabajo el departamento del Cauca, una de las regiones más afectadas por el conflicto armado en Colombia, por largos años ha logrado construir interesantes metodologías participativas con comunidades rurales y urbanas para fortalecer las expresiones artísticas como importantes formas de comunicación popular y de cohesión social. En esta ocasión la metodología de los murales colectivos se aplicó con organizaciones de la sociedad civil en cuatro municipios del departamento del Putumayo, Puerto Caicedo, Valle del Guamuez, San Miguel y Puerto Asís, a través del proyecto desarrollado por la Gobernación del Putumayo y Colombia Transforma para promover espacios de confianza entre las autoridades y las organizaciones locales.
El más importante resultado que proporciona el acto artístico de pintar colectivamente un mural es estrechar los lazos de solidaridad entre los miembros del grupo participante, inclusive con los observadores y fortalecer la solidaridad es una tarea básica para la reconstrucción integral del tejido social.