“Niebla. Danzante serena,
En el ámbito silente
De una laguna sagrada.”
Edgar Segura
Relato de la primera caminata ecoespiritual
Compartiendo el interés por los mismos propósitos, se realiza la primera caminata ecoespiritual el 16 de julio de 2017, en donde fuimos convocados 27 personas entre niños, niñas, jóvenes y adultos pertenecientes a los animadores campesinos de Sibaté, a la red de espiritualidades e investigación juvenil- KairEd, algunos amigos y familiares, e integrantes de la membresía de KairEd.
En un primer momento, el grupo que venía del sector urbano compartimos un rato fraterno en el pueblo de Sibaté, mientras nos esperábamos unos a otros, para subir en compañía al encuentro de los animadores campesinos de Sibaté. Durante el viaje, en los vehículos logramos conversar, reconocernos, reconocer el hermoso paisaje natural de esta zona campesina tan cerca a Bogotá.
En un segundo momento, el tiempo nos dio para hacer una parada de conversación, de ubicación de las veredas y de algunas características socioculturales de la zona. En este mismo espacio aprovechamos para dar algunas recomendaciones alrededor de la caminata, como asegurarnos de no llevar elementos contaminantes y donde depositar toda nuestra basura; llevar agua y algo para “picar”; y asegurarnos de llevar lo necesario para el compartir, la disposición de la mente y el espíritu para vivenciar.
En un tercer momento, después de un rato de caminata cuando aún estábamos en el subpáramo, decidimos parar para saludarnos con sonrisas y miradas, conversar, preguntar, animar y experienciar el contacto con el alimento y la naturaleza. Se aprovechó el espacio para sacar de las mochilas y morrales el masato, las frutas, el agua…alimentos que nos permitieron “mojar la palabra” y tomar impulso para la subida, cuesta arriba. Este momento, dio para dialogar y compartir saberes en relación con el páramo, las comunidades que allí habitan y los proyectos mineros que están en marcha.
Ya estando arriba, junto a la bella Laguna de Los Colorados. Allí nos dimos el espacio para compartir un cuarto momento: la ritualidad. Sentados circularmente construimos un altar con los alimentos para almorzar y alrededor de él, cantamos “Madre Selva” (Grupo Putumayo) mientras nos conectábamos con los frailejones y la energía de la laguna, la cual nos robaba miradas. Meditamos, respiramos, nos presentamos, conversamos y escuchamos los mensajes que nos suscitó el contacto con la naturaleza. Se evocó y convocó a las lagunas del Sumapaz que son sagradas para las comunidades indígenas, invitando a acercarnos a ellas con respeto y veneración. Adicionalmente, se aprovechó para hacer una reflexión sobre la cuna del agua, la cuna de la vida y nuestra cuna, pensando en la propia vida y los propósitos del caminar.
La música se hizo meditación
Teniendo en cuenta que en todo ámbito religioso, místico o sagrado, el sonido siempre ha sido parte integral de sus rituales y ceremonias, se realizó una pequeña meditación acompañada por el sonido y vibración de instrumentos musicales ligados a la tierra como un cuenco tibetano, hecho con la aleación de 7 metales, una flauta japonesa de caña y la interpretación con una flauta de caña traversa de algunas melodías: “Busca primero el reino de Dios”, “Tu haz venido a la orilla” y “Dejad que Dios os guie siempre”, esta última del gran compositor Alemán Joan Sebastián Bach, la que conmovió mucho a nuestro querido amigo de Adveniat Thomas Wiland, quien hacia parte del grupo y ese mismo día volvía a Alemania.
La ruana: elemento central
La ruana que ha caracterizado a las poblaciones campesinas de la alta montaña andina, que en si misma contiene las tradiciones ancestrales de la hilada y la tejida con lana de ovejo, sirvió de manta para compartir sobre ella, los alimentos que todos los caminantes brindaron y que son fruto de los esfuerzos diarios personales, familiares y comunitarios. Los alimentos que allí se dispusieron, se distribuyeron y sobraron como muestra de la solidaridad de los pueblos y como ofrenda a la montaña que nos dejó vislumbrar su laguna, sus frailejones y su neblina que nos abrazaron. Es la posibilidad de la minga y del compartir, la imagen viva de que al partir el pan nos encontramos en hermandad, donde el sentido de comunidad y de entrega desinteresada se hizo palpable.
Sentires
De camino, con el corazón lleno de alegría continuamos conversando acerca de la belleza de aquel lugar, la fragilidad del páramo y nos hicimos preguntas de acuerdo con lo que sabemos sobre el páramo y la laguna, los problemas y los riesgos que están afectando el páramo se Sumapaz.
La despedida fue grata, alrededor del estribillo “Shalom para ti, shalom para mí, shalom, shalom. Dios te dé la paz, Dios te dé el amor. Shalom, shalom”. La conexión con el páramo nos llenó de paz interior y de mayor consciencia de nuestra relación con la tierra.
¿Cuáles son los aprendizajes de la primera caminata ecoespiritual?
Este tipo de experiencias permite el encuentro y el reencuentro, el encuentro entre quienes habitan los mundos urbanos y quienes habitan los escenarios rurales de la zona de Sibaté; encuentro cargado de confianza, alegría, solidaridad. Se resalta que el compartir generoso del alimento, da la posibilidad de valorar la abundancia amorosa.
Este tipo de encuentros permite resignificar lo que implica vivir en el páramo, el reencuentro con el propio territorio.
Se resalta la visibilización de la espiritualidad en la conexión con la naturaleza, las referencias a las ritualidades indígenas: mística del agua, la trascendencia, la montaña; el compartir de saberes. Se reconoce que en el campo siempre es abundancia, el campo es generoso.
De la comunidad de Animadores campesinos de Sibaté se valora que su experiencia de vida está fundamentada desde la lectura popular y comunitaria de la Biblia; adicionalmente, se resalta que los niñ@s estuvieron contentos, que los jóvenes de Sibaté se conectaron con emoción, alegría y confianza a través de la música andina.
¿Cuáles desafíos se mantienen?
- Continuar construyendo conjuntamente rutas metodológicas de meditación, conexión con la naturaleza, reflexión y ritualidades;
- Mantener la perspectiva del proyecto conjunto a partir de la articulación entre la niñez y sus familias;
- Ofrecer otras herramientas para continuar trabajando lo que ya se tiene, cuestionar las propias prácticas y hacer otras preguntas que movilicen y posibiliten. Preguntas como: ¿cómo afecta la explotación de la montaña al páramo? ¿qué pasa con la gente entrega sus vidas a los agrotóxicos? ¿qué legislaciones del trabajo existen ya para el mundo campesino? Es importante ayudar a que las personas de Sibaté se hagan preguntas: sobre su vida, ser hombre, ser mujer, la niñez en el campo;
- Reflexionar lo que implica ser guardianes del páramo, como salida ecológica y económica para los animadores y las animadoras campesinas de Sibaté;
- Fortalecer los procesos de género, reflexionar sobre nuestras masculinidades y feminidades.
Finalmente, se sugiere estudiar qué investigaciones hay sobre las afectaciones de salud a mujeres y hombres por los agroquímicos (denuncia y legislación), particularmente en Sibaté; hacer auto-reflexión de cómo las formas para mejorar la agricultura han impactado en el ecosistema y las comunidades; profundizar en practicas alternativas liberadoras desde lo urbano y rurales propone leer estudios realizados por Ruth Flores y observar el Documental de Martha Rodríguez.
Sebastián Borbón, Marinella Ramírez, Sandra Rojas Panqueva, Edgar Iván Segura, Ingrid Tarquino y Fernando Torres
Les invitamos a descubrir la ruta pedagógica ecoespiritual de KairEd en la parte metodologías.